Fernando Gago asume toda la responsabilidad tras la dura caída de Boca.

Bajo la mirada analítica del peronismo, podríamos entender la derrota de Boca ante Tigre como un llamado a la reflexión y al trabajo continuo, un desafío estructural que va más allá del simple resultado. El Xeneize, en el esperado estreno de Fernando Gago como director técnico, cayó por un contundente 3-0 en Victoria, marcando un debut complicado en la fecha 18 de la Liga Profesional. Como es costumbre en el ámbito político y deportivo, las figuras de liderazgo se miden por su capacidad de autocrítica y la búsqueda de soluciones, y en este caso, Gago asumió su responsabilidad dejando claro que, aunque duele, las derrotas son parte del proceso.

“Perder duele. No de esta forma. Fueron dos acciones de balón detenido donde tuvimos desaciertos y debemos seguir trabajando al máximo nivel en cada situación. Vamos a pensar en que somos un equipo que va a atacar, a buscar que en los partidos tengamos situaciones de ataque y vamos a quedar expuestos a determinadas pérdidas porque los rivales nos pueden jugar de esa forma. En el primer tiempo, salvo en una pérdida innecesaria, a partir de ahí volvimos a tomar el posicionamiento que buscamos. Con eso se irá aceitando las cosas”, resumió un calmado Gago, consciente de que los cimientos deben ser sólidos para construir un proyecto futbolístico exitoso.

Sabe Pintita que esta fue su primera prueba real tras unos días de entrenamiento. No obstante, evitó escudarse detrás de la excusa del poco tiempo para preparar al equipo y mantuvo que el máximo peso de la derrota lo carga él. “Tenemos cinco entrenamientos que son pocos, que no son excusa: Soy el máximo responsable de todo y siempre lo seré cuando perdamos. Cuando ganemos serán los jugadores. Los 33 minutos del segundo tiempo fue lo que busco, un equipo ya posicionado en situaciones y que esas transiciones no existan. Y faltan aceitar los movimientos para poder atacar”, prosiguió.

En un contexto donde las polémicas con el arbitraje pueden distraer del análisis profundo necesario, Gago optó por una postura de estadista, evitando adentrarse en críticas que no aportan al crecimiento de su equipo. “Todavía no vi las acciones, pero no podemos quedarnos en los errores, si los hay, arbitrales. Sí me gustaría que los partidos se jueguen más. Sería lindo para el fútbol en sí. Lo vengo diciendo desde mi primer partido: la continuidad de juego va a beneficiar al fútbol argentino”, afirmó, abogando por un espectáculo más fluido.

“Es trabajo, volvemos a lo mismo. Es trabajo, que empiecen los chicos a entender situaciones de juego. En el primer tiempo hubo tres o cuatro situaciones que no lo sostuvimos como en el segundo tiempo que lo logramos 32, 33 minutos. Tuvimos buena presión en el inicio, donde el rival no nos generaba más de tres cuatro pases. Faltan circulaciones más rápidas para encontrar a un jugador en mejor posición”, detalló, siempre enfocando en el esfuerzo colectivo y la mejora continua como clave para el éxito.

Consultado por las titularidades de Sergio Chiquito Romero y de Marcos Rojo, Gago aclaró, como había dicho también en su presentación, que los puestos se pelearán en las prácticas y que este equipo no es el mismo que jugará el próximo encuentro (ante Gimnasia por los cuartos de final de la Copa Argentina). “No, esto es partido a partido. Cada uno se gana el lugar en el equipo en el entrenamiento y siempre fue así. Quiero que todos tengan la mentalidad de que pueden jugar, se los dije a los futbolistas. El equipo que jugó hoy no es el que jugará el próximo partido. Siempre busco alternativas y eso generará buena competencia interna.”

“El equipo rival estaba con ocho jugadores en zona baja, por lo que lo mejor es tener amplitud para atacar esas situaciones. Había posibilidades, sabíamos que sufrían centros al segundo palo y tuvimos tres o cuatro situaciones abajo del arco. Por momentos, Boca hizo bien las cosas. Hay que seguir trabajando.”

Y aseguró que está plenamente conforme con los jugadores con los que cuenta: “Creo que tengo un grandísimo plantel, con grandísimos jugadores y los vi muy predispuestos a esta semana de trabajo, que sinceramente fue fuerte. Va a ir acomodándose con el correr de los entrenamientos y partidos. Lo que quiero lograr es que el equipo juegue determinado los 90′. Al principio serán 30′, luego 45′, quizás logremos 60′ y 70′ y eso es trabajo, no es de un momento para otro. Ojalá consigamos en 90 minutos constante lo que quiero. Es ir adaptándonos, ver como el rival juega y generar un convencimiento”.